miércoles, 26 de junio de 2013

Viale

Si empezamos a recorrer Buenos Aires en el recuerdo, podríamos tomarnos del último relato y subirnos al 106 para ir Scalabrini abajo. Sabrá quien conoce la zona que prácticamente todo lo que corre por la ex-Canning aguas abajo termina en la calle Luis Viale.
 
Tengo el recuerdo de chico de mi abuela y mi mamá explicándome la historia de este señor Viale. Según cuenta la historia fue un hombre de cierta posición social que, en un naufragio, dio su salvavidas a una mujer que no tenía, salvándole la vida y así perdiendo la suya. Fue por lo tanto un héroe. De estos héroes hay muchos y en todo el mundo. Muchos más que próceres, quizás. Y que aunque hayan hecho más bien al mundo que los próceres, quedan en el anonimato. Hay en Londres, por ejemplo, en el Postman’s Park, junto a la Catedral de St. Paul, un monumento llamado “Memorial to Heroic Self Sacrifice”. Ahí se cuenta en breves líneas, cada una en una placa distinta, el nombre, ocupación y acto heroico de 54 personas que perdieron la vida intentando salvar la de otro. Gente común. Posibles santos.
 
A Viale, sin embargo, sería más difícil canonizarlo. Según dice Wikipedia, cosa que no estaba en mis cuentos de infancia, Luis Viale fue masón. Y eso no es un dato menor. Lo cierto es que nadie más que él y su aborrecido Dios sabrán los motivos de su acto heroico, pero a los más románticos nos gusta pensar que muchos años de masonería podrían haber quedado borrados de un plumazo, eliminados de la balanza del juicio, gracias a ese acto final de su vida.

domingo, 16 de junio de 2013

Bondis "cordobeses"

De cuando yo era un experto en bondis (modestia aparte), recuerdo el caso particular de la Avenida Córdoba. La Avenida Córdoba, ya después de Almagro, ya en Palermo, nunca fue una avenida típica de bondis. Pasaban dos o tres “muertos”, si no recuerdo mal el 140 y el 142 (frecuencia aproximada uno por mes), el 151 y un ramal del 168. Supe adentrarme en sus misterios porque la UCA estaba en Colegiales y eso no distaba mucho de allí. Córdoba no era una salida tan popular hacia afuera. O si lo era, como lo es hoy, es para autos. Quizás por ser Avenida limítrofe aún conserva algo de cuando los centros de los barrios estaban más separados. El 140 y el 142 tenían, alguno, un color claro, raro, casi no los recuerdo. El 151 y el 168 eran más típicos, con esas rayas de colores negro, azul, rojo. El 151 en base más clara. El 168 predominaba en rojo y negro. Luego vino Plaza, compró a varios (fue la época triste en que todos los bondis se volvían rojos: 36, 133, 141, 140, 142…). Había entre todos los bondis “cordobeses” uno que huía de la avenida doblando por Canning, luego llamada Scalabrini Ortiz. Ese giro a la izquierda era raro. Era atípico. Un bondi que llegaba por Córdoba más allá de Almagro, pero no se alejaba tanto. Doblaba allí y se metía en Villa Crespo. Su color, además, era original. Verde oscuro.
Y hasta acá llego, porque ese es el recuerdo. El bondi 106. Creo que una vez sola me lo tomé. Pero ya preparo la foto del 106 doblando en Córdoba y Canning para entregar de premio a mi amigo centésimo sexto. (No, mentira).
 
PD: Este breve exabrupto escrito fue publicado en Facebook, de ahí el final sobre el amigo centésimo sexto.