miércoles, 30 de mayo de 2007

Lo dejo aquí

Son dos días ya que voy repitiendo una frase, un famoso verso baudelairiano que nombra Pedro Barcia en el prólogo al Tomo I de las Obras Completas de Marechal:

La Nature est un temple où de vivants piliers...

Lo hago letra de las melodías que tarareo; lo saco de la nada, como respuesta de un loco en una conversación que va por otros rumbos...
Lo dejo aquí. A ver si deja de seguirme por un rato.

lunes, 28 de mayo de 2007

Between the devil and the deep blue sea (*)

Si los paso el filtro de las recomendaciones de mis pastores (allá, acá), no queda candidato conocido en pie.
Entonces amenaza voto en blanco. Pero me le resisto con todas mis fuerzas.
Esa es la angustia que me vuelve año tras año. Y esta vez ando con poco tiempo como para salir a buscar, en la esperanza de que algo así exista, a ese “desconocido que promete”.
Ven Espíritu Santo...

sábado, 26 de mayo de 2007

Del vino cuyano

Cuecas que hablan del vino habrá muchas, o más. Pero no todas tienen este verso que tiene la “Cancionera”, de Armando Tejada Gómez (en letra) y Eduardo Marcelo Aragón (en música):

Y en un trago iguala la alegría y los pesares.

martes, 22 de mayo de 2007

Lista "nauatl"

Uno de los regalos de cumpleaños (fuera de lista) que recién en estos días abordé es “El corazón de piedra verde”, de Salvador de Madariaga. Ya leí ciento cincuenta páginas (¡hay setecientas setenta y siete!) y algo que he disfrutado es el haberle ido tomando el gusto a las palabras aztecas.
Si de hacer listas se trata (como aquella que hizo Hernán con palabras del castellano) comencemos mi lista personal nauatl con las tres siguientes:
Xuchitl, Xochotzincatzin y Chalchivitl.
Que quieren decir, respectivamente: Flor (y es además el nombre de la hija del rey Nezahualpilli), Pezón-de-Fruta (y es además el nombre de la esposa más querida del rey Nezahualpilli) y piedra de Jade (si no me equivoco).

domingo, 20 de mayo de 2007

Simple entrada alegre

Mucho se ha escrito en los blogs acerca de la música en la misa y mucho se ha escrito acerca de escribir acerca de la música en la misa. El tono que mejor conviene a esta ocasión, entonces, es el tono humorístico.
Es probable que conozcan aquella canción que en muchos cancioneros parroquiales figura en el índice como “Ven hermano” (y cántale a Cristo…). En la primera estrofa de esta canción están las palabras que nos lo dicen todo acerca del tema.
Hay un gran ideal:

(…) haz de tu amor una plegaria...

Pero si eso fuera demasiado ambicioso, no se preocupen, amigos:

o un simple canto alegre que el Señor escuchará.

sábado, 19 de mayo de 2007

La vuelta al mundo en siete horas

De esto hará ya dos o tres semanas. Abrí el Google Earth y me fui sobre Buenos Aires a una altura tal en que la capital y algunos partidos del conurbano entraban en la pantalla. Con un leve deslizamiento del mouse puse al globo terráqueo en movimiento y, como desde la ventanilla de un avión (aunque un poco más alto todavía), empecé a dar una lenta vuelta al mundo.
Con un atlas a mano y verificando las coordenadas de latitud y longitud que me decía el Google Earth, iba estimando mi ubicación. Tardé media hora en dejar tierra americana por Brasil a la altura de Recife. Ahí fue cuando tuve idea de estar yendo más rápido que un avión, pero estime que el cruce del Atlántico sería largo para los tiempos de un padre ocupado. Me dedique entonces a jugar con Francisco y a atender algunos asuntos de la casa. Y dejé el monitor encendido para mirar cada tanto de reojo.
Después del almuerzo colocamos dos sillones uno al lado del otro para descansar, como si fueran butacas de business. Cruzamos África por la parte noroccidental (relieves muy llamativos), sobrevolamos Cerdeña, pasamos Italia y entramos en Europa Oriental por la accidentada costa dálmata. Los colores más variados pasaron “por debajo de nosotros” mientras cruzábamos Rusia y alguna de sus compañeras de la ex URSS. Luego el país amarillo (¿vimos Mongolia?) y al agua por el Mar de la China Oriental.
Pudimos ver una de las islas más australes de Japón, Tokuno-Shima. La tierra de Oceanía nos fue esquiva, con excepción de algunas de las Islas Salomón, última tierra vista antes de la inmensa travesía del cruce del Pacífico (la circunferencia trazada no alcanzó ninguno de los trópicos).
Estábamos en la pieza (ya toda la familia) cuando llegó la hora estimada en que veríamos la costa chilena. Me asomé por la ventanilla y pude ver como el avión llegaba nuevamente a América por un lugar llamado Archipiélago de los Chonos. Luego de Los Andes, la Patagonia argentina y la primera ciudad cuyo trazado vimos desde el aire, Río Colorado. Unos minutos después se anunció la llegada a Buenos Aires.
Con sólo un clic detuve el globo en el mismo lugar del que habíamos partido no más de siete horas antes. ¡Felicitaciones al piloto por un aterrizaje tan suave!

miércoles, 16 de mayo de 2007

Camuflado

Hoy el mundo no parece odiarme. Y sin embargo Él dijo que el mundo nos odiaría (Jn. 15, 18-19). La respuesta es simple: no soy buen cristiano, me disimulo muy bien en medio del mundo.
Ser odiado no sería condición suficiente para comprobar que soy buen cristiano (¡El mundo odia a tantas personas y a tantas cosas!). Pero no serlo, no ser odiado, ¿es sí una prueba suficiente de que no soy buen cristiano?

jueves, 10 de mayo de 2007

Florentino y el diablo (II)

La cuestión es que un poeta venezolano, Alberto Arvelo Torrealba, cantó la leyenda popular de “Florentino y el Diablo”. (Que porqué Florentino se las tuvo que ver en esas, Mazzei González lo explica mejor, y lo guardo para otra oportunidad).
Basado en la literatura anónima tradicional, Arvelo Torrealba dio a la leyenda elegante forma. Y si de aquel Francisco el Hombre se destacaba “el recitado del Credo al revés” en su victoria con el diablo, en este caso se destaca la invocación que hace Florentino. Explica Mazzei y luego cita:

Florentino es altivo para rechazar la emboscada que le tiende el enemigo (…) y se hace arrogante para compensar las habilidades del Diablo, hasta conducirlo al asonante en a, que le permite, por fin, invocar a las potestades celestiales. (…)

Sácame de esto con Dios
Virgen de la Soledá,
Virgen del Carmen bendita,
sagrada Virgen del Real,
tierna Virgen del Socorro,
dulce Virgen de la Paz,
serena Virgen de Lourdes
con tu fuente por altar,
Virgen de la Coromoto,
Virgen de Chiquinquirá;
Señora de la Corteza
que en cedro esculpes tu faz;
piadosa Virgen del Valle,
Santa Virgen del Pilar;
Virgen de Peña Admirable,
patrona del manantial;
fiel madre de los Dolores,
dame el fulgor que tú das.
¡San Miguel, dame tu escudo,
tu rejón y tu puñal!
¡Niño de Atocha bendito!
¡Santísima Trinidad!

miércoles, 9 de mayo de 2007

Florentino y el diablo (I)

Todo empezó allá por junio de 2005. Yo escribía algunas cosas como:

Parece que hubo quien derrotó al diablo en lides* artísticas. Lo que Santos Vega no pudo con guitarra sí lo hizo, con acordeón, allá por Colombia, el vallenato Francisco el Hombre.

Ecazes se acordaba de eso y, mucho tiempo después, tuvo oportunidad de hacerme conocer la leyenda de Florentino, héroe venezolano de virtudes parejas a las de aquel colombiano (y esta vez con guitarra, aunque de cuatro cuerdas).
Pero se los contaré en dos veces.
Empezaré "ambientando" con la introducción del ensayo “Los Florentinos”, de Víctor Mazzei González, que Ecazes tuvo la amabilidad de regalarme.

Las vaquerías, que se realizaban y se realizan todavía en algunos lugares del llano, por lo común, a la entrada y a la salida de las aguas, son el trabajo conjunto de las reses de los diferentes dueños, porque ellas pastan juntas, indiferenciadas, en la sabana, que está sin cercas y que suele estar también en comunidad.
Los peones de cada dueño acostumbran concurrir al trabajo de la vaquería; van a parar el rodeo, separar las reses de cada hierro y conducir los rebaños a los corrales respectivos. El trabajo de vaquería puede durar una semana, o puede durar más o menos tiempo, según sea la cantidad de reses que se ha de trabajar.
Los peones durante el trabajo realizaban y realizan en la noche, sus torneos de canto y es allí donde ha comenzado y comienza la fama de los mejores. Entre los mejores cantadores solía y aún suele haber uno que es el de la gran fama: éstos son los Florentinos.

sábado, 5 de mayo de 2007

Tus rayos láser no me hacen daño

Una autopista de esas de dos carriles. Muchos “carros fleteros” por la derecha. Uno intenta el sobrepaso con la cupé roja italiana (Diego dixit; aplica al pequeño vehículo de tres puertas de nuestra propiedad que de italiano sólo tiene el nombre). Dicho sobrepaso, como es de esperarse, no supera en velocidad los ciento veinte kilómetros por hora.
Quien aún no se veía en el espejo retrovisor al momento de iniciar el sobrepaso, en un instante ya está detrás (un regio último modelo a mach 1.2). En eso (como era de esperarse) lanza sus rayos láser (guiños de luz alta), tratando de eliminarme del paso como un obstáculo de videojuego.
Para su decepción, mi auto no explota.
Nota: Hacerme daño no sé, pero en alguna forma sí me afectan esos “rayos láser”. En el mejor de los casos me quedo en el mismo carril un rato más de lo necesario, a propósito. La solución ideal, sepan que lo sé, es correrse como si nada, por aquello del non calentarum. Pero uno no está todos los días con espíritu zen.

miércoles, 2 de mayo de 2007

Machi No Yoru - Nampa Dori

Con este tema doble, diría el locutor de una radio juvenil, “leon bloy videos” trepa a la cima de los rankings.
A las notas reposadas y de gran sentimiento que nos suele ofrecer, el guitarrista agrega en esta canción un allegro molto vivace que es magnífico. Ideal para acompañar una tarde de domingo.
Si aún no tenés agendado “leon bloy videos”... Bueh...

martes, 1 de mayo de 2007

Nosotros somos los tiempos

Para que en los afanes de nuestro espíritu crítico no olvidemos la acción, digo yo, quizás sean apropiadas estas palabras de san Agustín:

Los hombres dicen que los tiempos son malos, que los tiempos son difíciles: vivamos bien y los tiempos serán buenos. Nosotros somos los tiempos: así como somos nosotros, así son los tiempos.

Por supuesto que las cosas no son tan fáciles, por eso el santo sigue:

¿Pero que hacemos? ¿No podemos convertir a la vida buena a la multitud de los hombres? Vivan bien los pocos que me escuchan: los pocos que viven bien que soporten a los muchos que viven mal. Ellos son el grano que está en la era. Mientras están en la era pueden estar mezclados con la paja, pero cuando estén en el granero ya no estará la mezcla. Soporten lo que no quieren, para poder llegar a lo que quieren.

(Tomadas del Sermón 80)