sábado, 30 de abril de 2005

Redescubriendo actos religiosos

Recordé lo que había dicho Arp acerca del "Oficio de tinieblas" cuando leí este párrafo de la historia de la Parroquia "Nuestra Señora de la Guardia", iglesia que es parte de la historia de la Pequeña Obra de la Divina Providencia (la obra de Don Orione) en la Argentina.
Copio el párrafo y así además se enterarán de otras celebraciones (o las recordarán) que se hacían antes y que sería muy interesante conocer:
El mes de abril de 1935 fue pródigo en actos y celebraciones. El martes 23, "El Tiempo", en un artículo firmado por Anselmo Cruzado, comentó ampliamente los actos religiosos de Semana Santa que tuvieron lugar (...), destacando especialmente, la presencia de Don Orione. "El viernes santo a las 8 horas tuvo lugar el Canto de la Pasión, Adoración de la Cruz, Procesión y misa de Presantiflcados; a las 14 se efectuó el sermón de las Siete Palabras, alternados con cánticos apropiados; a las 15, Sermón de Agonía, por el Rdo. Padre Orione. Canto de Sabat Mater y Vía Crucis; a las 18 el oficio de Tinieblas. Sermón de Soledad, por un padre Pasionista, finalizado el cual, con la imagen de la Dolorosa, se organizó la procesión alrededor de la plaza (...). Este acto es digno de ser destacado por la gran cantidad de personas que integraron la columna, quienes eran portadoras de velas encendidas, lo que dio un colorido y una solemni­dad especial a esa profesión de la fe católica. De regreso a la iglesia, el numeroso público tuvo ocasión de escuchar una emocionante alocución del reverendo padre Juan Luis Orione, Superior General y fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia".
El que conozca todas esas celebraciones es sin duda un gran erudito (o se deschava con la edad). En próximos posts trataré de ir poniendo lo que encuentro sobre dichos actos. Algo sobre Sabat Mater y Stabat Mater, algo sobre esos "sermones", en fin, lo que pueda, no prometo nada, no insistan, no, no, dije que no sé, bueno, bueno, no se pongan cargosos, chau, chau...
(Es cuestión de darse cierta importancia).

jueves, 28 de abril de 2005

Al mundo le falta un tornillo (200)


Al mundo le falta un tornillo,
que venga un mecánico,
¡a ver si lo puede arreglar!

Salió hoy en
La Nación:

Polémica decisión en Gran Bretaña
Autorizan la selección de embriones para salvar una vida
La Cámara de los Lores permitió que una pareja británica conciba un hijo para trasplantar sus tejidos a su hermano, que padece una enfermedad en la sangre

LONDRES (ANSA).- La Cámara de los Lores, la máxima instancia judicial del país, autorizó hoy a una pareja británica a concebir un "bebe de diseño", para poder tratar a un hijo con una enfermedad degenerativa.

(...)

Y sigue, pero creo que con eso alcanza. Yo, al menos, no puedo seguir. Este no es un blog que guste la morbosidad, pero no puedo evitar gritar y decir: "¡Miren! ¡Miren! ¡Estamos locos!" Quizás llegue el grito a alguien.
Sí, ya sé, no digan nada. Pero yo no pierdo las esperanzas.
¿Lo de doscientos del título? ¡Ah! Este es el post doscientos de "Aquí estamos". No le tocó noticia muy alegre al pobre.
Mi blog es como un país latinoamericano, tiene poca historia. Parece, sin embargo, que no es nada original anunciar los “200 post”. Observad aquí.

Del mundo "adulto" que tenemos

Hoy que todos sabemos de todo, hoy que “mi opinión” es tan importante, esta deja de ser una opinión y pasa a ser una verdad. No es que no pueda tener algo de verdad una opinión, pero las opiniones contemporáneas gozan ya de una categoría de verdad superior. Mi verdad, tu verdad, su verdad, la verdad de nosotros, la de vosotros y la de ellos.

Me imagino que como verdades posesivas (mi verdad, tu verdad...) pueden considerarse la propia vida, el propio pasado, lo que siento o sentí, mi presente y mis expectativas futuras. Cosas así. Pero no hay verdades posesivas respecto a otras cosas. Hay campos en dónde la opinión no es más que la opinión, y tiene menos valor de verdad que lo que verdaderamente sucede o existe.

Cuando el hombre pierde la esperanza de encontrar la verdad, la verdad explota en mil pedazos y cada uno cree verla en el pedacito que le cayó cerca.

“¡Vos también crees tener toda la verdad!”, imagino que me dice alguien. “Amigo”, le digo, “yo no, Jesús”. O sea, Dios. Dios, el único que puede tener toda la Verdad. Jesús me dijo que Él es la Verdad. Y yo le creo. Quiero ser feliz, como los que creen si n haber visto.

Al no haber bondad o maldad, verdad o mentira, todo se rige por el voto de la mayoría, tiranía del propio pueblo, esclavitud de uno mismo.

Los grandes líderes de la Iglesia, nuestros pastores, discuten sobre muchos temas. Yo, como perro comiendo de las migajas que caen de la mesa, leo sus escritos. Tomo de a poco una encíclica, una instrucción, una palabra a la multitud y la trato de entenderla. Me vuelco a ella con toda mi razón, toda mi capacidad de entendimiento. Y veo que es buena. Veo que no falla.

Es lo único que puedo hacer. Sí, a veces, antes de leer no entiendo nada. Incluso debo leer y pensar mucho hasta comprender. Y hay muchas cosas aún oscuras para mí. Pero lo maravilloso descubierto y “entendido” hasta ahora me da esperanzas de poder entender, me da fe en lo que aún no logro “comprender” (¿se puede decir así?).

Pero el mundo “creció”, dicen. Ya no necesita padres, es adulto y puede hacer las cosas sólo. (Suspiro). Lo dudo. Yo creo que en muchas cosas el mundo es como más un adolescente. Tiene ganas de saberlo todo, pero aún le falta un poco de ayuda paternal.

El mundo que se cree crecido estima que puede saber de todo. Este es el mundo de los “foros de opinión” (de un tema opinan todos y sobre la opinión se pretende construir la verdad), el mundo del voto de las mayorías, pero mayorías que ignoran lo mejor para hacer lo que libertinamente quieren.

El mundo dice ser adulto y no cree necesitar un guía. ¡Ay, ay, ay! Yo no creo estar a la altura de los grandes y buenos sabios. Es por eso que no puedo ponerme a discutir con ellos y a pesar de tener algo como una opinión (¿qué cosa podrá ser una opinión mía sobre ciertos grandes temas?) no puedo sino suponerla frágil, necesitada de educación.

Para terminar les voy a confesar una cosa. No me es difícil ser tan desconfiado de mis opiniones. En realidad, un defecto mío me ayuda y toma la forma aparente de humildad. El defecto es valorar poco mis opiniones. Soy de confiarme “en las cosas como deben ser” para no tomar una decisión propia, o por una especie de miedo casi inconsciente a que se “caiga la estructura en la que estoy sostenido”.

Ojo, intento cambiar este defecto, revuelvo y revuelvo las palabras de nuestros pastores que no entiendo, no me conformo si no las entiendo, como haría alguien ya muy irresponsable, alguien muy aferrado a una estructura.

Pero reconozco que aquellos que parecen irreverentes con sus opiniones tienen a veces la virtud de confiar en sus opiniones, la virtud de animarse a decidir por propia cuenta, sin esperar que alguien le diga “como deben ser las cosas”. En ese sentido son más libres que yo.

Por supuesto, estas dos formas de ser nunca se dan puras, todos tenemos algo de las dos. Hay que balancear, señores.

miércoles, 27 de abril de 2005

Látigo o caricia

"La caridad como látigo o como caricia", me había dicho alguien una vez. "Como León Bloy o como Don Bosco", agregaba. Eso me abrió mucho la mente.
Creo que son dos "carismas". Son los dos posibles y "valederos". Aunque debo confesar que lo del látigo siempre me cuesta. Jesús es Jesús y él hizo lo mejor. Y habrá quienes están autorizados moralmente a dar el latigazo en alguna situación particular. Yo no creo estar a esa altura.
Entiendo también que uno puede hacer daño al otro cuando quiere hacerle bien y eso es mejor que serle indiferente. No estoy con los falsos "pacifistas" de ahora. Me disgusta el "vivir y dejar vivir". Creo que Unamuno dice cosas muy buenas al respecto de hacer daño al otro buscando su bien (ver aquello que trajo Hernán de la "Vida de Don Quijote y Sancho", y estimo que sería interesante leer "Paz en la Guerra").
En cuanto a "defender a Jesús o a la Vírgen" ejerciendo algún tipo de acción "latigante" sobre alguien que los haya "agredido", eso es para mí un dilema. Mac Ian parece haberlo resuelto. Pero fue un gran dilema hasta para San Ignacio, que por entonces no era tan santo.
Ellos son los "protagonistas" de los siguientes dos fragmentos, en cierta forma "opuestos". Uno de "La Esfera y la Cruz", de Chesterton, rescatado de un post de Ens y con toda la introducción de Eduardo, el otro de la "Vida de san Ignacio de Loyola", de Albert Longchamp. Uno decidido hacia un lado, otro que frente a la contradicción deja que alguien más resuelva.
El primero:
Mac Ian y Turnbull tratan de batirse. Ya se sabe, es La Esfera y la Cruz, de Chesterton. Al montañés escocés católico, recién llegado a Londres, lo ofendió un panfleto contra la Virgen María que había publicado el escocés ateo y que tenía expuesto en la vidriera de El Ateísta, su periódico, a la vera de la catedral de San Pablo.
Desde entonces tratan de batirse, porque ambos creen que vale la pena, y nadie los deja. Literalmente nadie. Porque nadie entiende que haya que batirse. Por nada. Y menos por eso. Entre tantos 'nadie', aparece, en el capítulo V, un discípulo de Tolstoy y Shaw. Un gordo pacifista que insiste en tratar de impedir el duelo.Ni siquiera Turnbull, y mucho menos Mac Ian, lo soportan más, ni a él ni a sus discursos sobre el amor y la paz y el principio superior y la no violencia. De modo que, finalmente, y entre ambos, logran ahuyentarlo.Pero Mac Ian cree que ha sido un ángel. Una aparición que le permitió ver de un trazo lo que podría haber sido de ambos:
- ¡Y qué! Ése hombre era un ángel -dijo Mac Ian.
- No sabía yo que fuesen tan triste cosa -respondió Turnbull.
- Sabemos que los diablos citan a veces la Escritura y falsifican el bien -replicó el místico-. ¿Por qué los ángeles no han de mostrarnos alguna vez el negro abismo en cuyo borde estamos? Si ese hombre no hubiese intentado contenernos... yo acaso... acaso me hubiese contenido.
- Ya entiendo lo que usted dice -contestó Turnbull ásperamente.
- Pero ese hombre vino -prorrumpió Mac Ian- y mi alma me dijo: abandona el combate, y te convertirás en algo como Eso. Abandona juramentos y dogmas, y los principios sólidos, y te irás pareciendo a Eso. Aprenderás también una filosofía turbia y falsa. Te aficionarás a esa ciénaga de moral cobarde y rastrera, y vendrás a pensar que un golpe es malo porque hace daño, no porque humilla. Vendrás a pensar que dar muerte es malo porque es violento, no porque es injusto. ¡Oh blasfemo del bien, hace unas horas creí que le amaba a usted! Pero ahora ya no hay que temer por mí. He oído la palabra amor pronunciada con su entonación, y sé exactamente lo que significa. ¡En guardia!
Las espadas se buscaron y se oyó el ludir formidable, animado del odio y la energía antiguos; y se atacaron una vez y otra. De nuevo, el corazón de cada uno vino a ser el imán que atraía a una espada loca...
El segundo:
Íñigo deja Loyola a finales de febrero de 1522, monta sobre una muía. Se dirige hacia Navarrete, recupera los ducados que le debe la casa de Nájera (así no ha mentido a su herma­no), distribuye inmediatamente el dinero reci­bido y toma la dirección de Montserrat. Un espisodio divertido retrata a este convertido de corazón generoso, pero de juicio aún tosco. Yen­do caminando, concentra toda su atención en las enormes penitencias que cumplirá para sal­var su alma y agradar a Dios. Mientras medita estos proyectos, un moro se le cruza, montado sobre una mulilla. Los dos hombres traban conversación y terminan hablando de Nuestra Señora. Desacuerdo total. El moro no puede aceptar la virginidad de María después del na­cimiento de Jesús. Abandona entonces al pere­grino —título que se da Ignacio— y desapare­ce. Al quedar solo, a Ignacio le asalta la duda. ¡No ha cumplido su deber, no ha defendido el honor de María! ¡Va a atrapar a ese hombre y, puesto que ese moro está sordo a todo argu­mento, le apuñalará! ¿Pero es ésa la buena so­lución? Dilema: o el honor perdido de María o el asesinato. Solución: íñigo deja a la muía que camine, las riendas flojas. Una bifurcación se aproxima. Si el animal va hacia la villa a la que ha ido el moro, lo matará. Si toma otro camino, lo dejará tranquilo.
La mula escoge el camino de la tranquilidad. Así se resolvió la última tentación criminal de Íñigo de Loyola. En adelante comenzaba una nueva vida.
Sigan pensando ustedes...

martes, 26 de abril de 2005

Tratando de entender lo que es la anticoncepción

Advertencia inicial: es largo.

Dios hizo la lluvia. Pero el hombre se supo poner bajo techo cuando no quería mojarse. Tenemos la posibilidad (prevista por Dios) de contraer alguna enfermedad, pero también la oportunidad de descubrir y usar cosas que nos curan. Esa "lógica" es correcta. Hay algo que es lo que Dios quiso, y es bueno. Y está la intervención del hombre con su razón para regular sobre dicho evento, que también es buena.

Pero hay que tener cuidado con esta lógica. Alguno ha dicho: “sí, está bien, Dios nos hizo tales que cuando nos unimos sexualmente, procreamos. Pero el hombre puede y es justo que lo haga, modificar su comportamiento de manera tal que a una unión no se suceda la procreación”. ¡Hmm! No es tan así. Hay que agregar otras consideraciones. Hay algo de verdad en la expresión, pero no toda. No alcanza, para analizar esta realidad de la procreación, con la lógica que antes conocíamos. (Así como las leyes de Newton explican los sucesos físicos en un contexto, pero no son absolutas ya que pueden no explicárnoslo en determinadas condiciones, cosa que Einstein vino a descubrir). Veamos.

El hombre conoció cada vez más. Y con el tiempo conoció mucho. Y sabe mucho más acerca de los sabios mecanismos biológicos que dan origen a una nueva vida. Claro, llega a saber esto en un momento en que la ciencia ya se ha alejado de la filosofía, de la metafísica, de la religión. Y con un razonamiento como el que vimos al principio no le alcanza para entender estas nuevas cosas que “conoce”.

Es justo que el hombre regule los nacimientos si ello fuera necesario por validas razones (¿ya empiezo a citar la Humanae Vitae?). Pero hay algo que agregar, algo más que poner en juego. La vida no es propiedad del hombre. El hombre no puede jugar tanto con la vida por venir. ¿Por qué? Porque no es de él. ¿Qué es lo que (quién es el que) hace que un niño de determinada edad no sea propiedad de sus padres si no el mismo hecho de que nunca lo fue?

Las vidas que traemos al mundo no son nuestras (aunque nos estén encargadas). Si no podemos traer personas al mundo, no lo hagamos. Pero no disociemos el significado de la unión sexual. Una cosa es hacer un techo para no mojarse, tomar un remedio para no enfermarse, pero otra muy distinta es poner trabas a la procreación en la unión sexual. Porque la unión con procreación es algo que Dios creo así. Y está tan unido al misterio de una vida nueva, que modificarlo es meterse con cuestiones de la cuáles “nada” sabemos.

Poner trabas en la unión sexual es meterse con algo mucho más sagrado y menos nuestro que la búsqueda del confort o de la salud. Es meterse con el origen de la vida. Y de vidas que no son nuestras. Nosotros somos instrumentos para que Dios traiga al mundo más hombres, entonces, ¡alto! Nuevamente un misterio que debo aceptar, el cual me llama a frenar. Ajustar al propio antojo la unión sexual es meterse muy de cerca con la voluntad divina de creación de la vida.

Claro, recordemos también la necesaria intervención de la razón y voluntad humanas. Hay veces en que sería un total despropósito traer alguien al mundo y entonces no es bueno que haya procreación. Ahora sí, entonces, el camino a elegir está entre otras alternativas. Abstención es una idea clara. Ciclos naturales es otra. Muy distinta esta última de los métodos artificiales, como bien lo explica Pablo VI en
"Humanae Vitae".

"La Iglesia es coherente consigo misma cuando juzga lícito el recurso a los periodos infecundos, mientras condena siempre como ilícito el uso de medios directamente contrarios a la fecundación, aunque se haga por razones aparentemente honestas y serias. En realidad, entre ambos casos existe una diferencia esencial: en el primero los cónyuges se sirven legítimamente de una disposición natural; en el segundo impiden el desarrollo de los procesos naturales. Es verdad que tanto en uno como en otro caso, los cónyuges están de acuerdo en la voluntad positiva de evitar la prole por razones plausibles, buscando la seguridad de que no se seguirá; pero es igualmente verdad que solamente en el primer caso renuncian conscientemente al uso del matrimonio en los periodos fecundos cuando por justos motivos la procreación no es deseable, y hacen uso después en los periodos agenésicos para manifestarse el afecto y para salvaguardar la mutua fidelidad. Obrando así ellos dan prueba de amor verdadero e integralmente honesto."

¡Alerta con eso que dije de “hay veces en que sería un total despropósito traer alguien al mundo”! Estamos hablando del estadio previo a la unión sexual, estamos parados antes de la decisión de tener una relación. No confundir con el tema tal como la sociedad moderna lo plantea. No es irresponsable traer al mundo a un chico deficiente en salud ya concebido. Sí puede ser irresponsable buscar una unión evitando la concepción.

Posdata: entiendo que no hay un "listado" de "motivos justos" que hacen que el hombre esté justificado para intervenir en el acto sexual (intervenir “no haciendo” más que “truncando”) y regular los nacimientos. Son infinitas las cuestiones involucradas y en base a la intención que tenemos que perseguir (acerca de lo cual nos enseña el magisterio) nosotros podemos actuar libremente.

Larga posdata bis: resulta difícil entender porqué el hombre no debe intervenir tanto en la unión-procreación. Resulta difícil comprender porqué es malo (con las excepciones previstas) separar la unión de la procreación. Pero se puede profundizar y tener más evidencias.

Se me ocurre que cuando la unión física se separa de la procreación se corre el riesgo de hacer a la relación más egoísta. Se arriesga uno a hacer del encuentro una mera búsqueda del placer. Creo que Dios es sabio y nos dio lo gozoso de la unión física para que procreemos, no nos dio el placer de la unión como algo aparte, utilizable por sí solo. Veo que cuando nos dedicamos a la unión sexual sólo por lo gozoso de la misma es más probable que el acto sea menos amoroso y más egoísta. Pero nuevamente cuidado con esto que dije. Es sólo una posibilidad.

No olvidemos la unión (no ya física, sino espiritual) y la manifestación del afecto. Una unión sin procreación no es necesariamente algo egoísta. Si hay una búsqueda principal de la satisfacción del otro, por ejemplo, hay amor. Si el placer no se obtiene dado por el otro sino que se busca para uno mismo, pues ahí puede haber más egoísmo que amor.

¿Qué tal si entonces, manteniéndonos en esta práctica de “buscar el placer del otro”, evitáramos la procreación en las uniones? ¿Sería moralmente viable? Volvemos al principio. Si no hay justas razones para ello, estamos alterando el plan de Dios. Dios lo diseñó así, hizo que cuando nos unamos surja una nueva vida. Como tantas otras cosas que planeó así. Pero repito, no es lo mismo evitar la enfermedad que evitar la procreación, como veremos luego con la explicación basada en las consecuencias.

Hay que profundizar espiritualmente mucho este tema, con oración. Creo que es tan fuerte la concepción del hombre como dueño y árbitro de todo el obrar, que suena difícil entender porqué no podemos intervenir tanto.

Para ir terminando, y como una nueva explicación de porqué no separar unión de procreación, están las consecuencias malas de haberlo ya hecho. O sea, “miren que pasa si no lo hacen bien”.

Esta es la prueba más fuerte de la vanidad de la pretensión de la autosuficiencia humana. La anticoncepción, como obra humana, no es perfecta. Por lo tanto, puede fallar. Y si no estamos listos para traer una vida al mundo, para ser instrumentos amorosos de Dios, ¿por qué buscar la unión y evitar la concepción? ¿No vemos que podemos fallar? ¿No vemos que puede haber un error (un instrumento fallado, un producto que no cumple su función)?

Por más leve que estadísticamente sea la posibilidad de fallo, un fallo es (o puede ser) una vida no deseada. Y una vida no deseada que viene al mundo es tal suceso que requerirá luego mucho trabajo para remediarse, mucho amor, mucha dedicación. Sin duda que este amor y esta dedicación remediarán nuestro “error” anterior, pero no busquemos el error porque sí.

Una persona tiene un valor incalculable, en este punto las estadísticas no hacen mella. No se puede decir que algo es efectivo porque tiene un 0,1% de fallos, ni un 0,01%, ni un uno por millón. Ese uno en un millón es una persona. Persona a la cual se dio vida y tiene un valor inigualable. El obrar humano es susceptible de error y el error en esta materia tan grave debe ser incentivo suficiente (por sano temor) para que seamos en extremo cuidadosos.

Mal dicen: “aborto no, por eso: anticonceptivos”. ¡No! Mejor digamos: “anticonceptivos no, porque anticonceptivo significa no estar listo para traer una vida al mundo”. Y la vida puede siempre venir, al menos por lo defectuoso de esta “habilidad” humana de detenerla.

Se me ocurre una distinción más. Yo dije “estar listos para traer una vida al mundo”. Y... ¿quién está listo plenamente para dar vida, para ser instrumento de Dios? Quizás alguien que utiliza un método anticonceptivo que le falla está más listo luego para amar a un hijo que alguien que obró “naturalmente”. Pero es cierto que quien se une sin evitar la procreación se está preparando al respecto. Se está educando en algo más. Una de las condiciones para ser un padre amoroso es saber que la vida del hijo no es nuestra.

Casi seguro que podré amar a mi hijo, aunque no lo haya “planeado” sino que tuve un error de anticoncepción. Pero, si puedo hacer las cosas del todo bien, ¿para qué confiar en la posibilidad de remediarlas luego? Una cosa es que ya estén mal, y entonces remediarlas. Y otra es hacerlas mal porque no quiero hacerlas bien y luego buscar el remedio.
Todo lo antedicho vaya con todo respeto a los miles de casos personales, que no juzgo. Mi intención, como siempre aquí, es brindar un pensamiento que pueda servir.

lunes, 25 de abril de 2005

Breve cuento (que no es puro cuento)

Golbew llegó de improviso. Me encontró en el bosque de Elgoog buscando algo de Dostoievski, pero capturó mi atención de inmediato. Me prometió no sé qué cosas que luego olvidé. Me llevó con él y sus amigos. Me empezaron a hablar de sus experiencias como católicos y compartían conmigo sus sabias palabras y agudas observaciones; conocí escritos de personas de renombre. Todos ellos siguen hoy en día alimentándome en ese hambre de buscar lo que importa y de hablar de ello. El país de Tenretni ya es distinto para mí (y para ella).

Festejos cumpleañeros

El festejo fue ayer. La lluvia y el frío, que no reconocen domingo, dijeron “acá estamos” (la luna empañada del día anterior nos había mandado la ASN*). Rescate de toldos y plásticos. Y la decisión firme de seguir. La convencimos. La lluvia se fue. Nos dejó el frío, pero hasta el sol se le animó. Dos parrillas (mucha gente). Mucho viento, consume el carbón. Hubo que usar diez kilos. La gente tarda, ¡levanten las parrillas más alto!

Sobró casi nada (entra en un “taper”). Se comió muy bien, se hizo una linda mesa. Café, masas y dos tortas, para dos sopladas de velitas, mi suegro por los setenta y cinco, mi ahijada por los diez.

El festejo fue ayer, el cumpleaños (de ambos) es hoy. ¡Feliz cumpleaños!

* esta es una mercantil y poco romántica expresión, una sigla, por supuesto. Advanced Shipping Notice. Nota de embarco adelantada, podríamos decir, un documento que nos indica lo que trae el barco que está por venir.

domingo, 24 de abril de 2005

La Palabra más importante

¡Hoy me conmoví tanto con las palabras del Evangelio! Las del sacerdote, luego en la homilía, sonaban como ruido de hojarasca, después de haber escuchado la tormenta en la copa de los árboles. Y quizás fue una gran homilía. No estoy criticando al cura, que habló en nombre de Dios. Es que estoy feliz de que, si puedo decir que fue "una buena misa", fue gracias a que me conmovió la Palabra más importante. (No como tras veces, que para calificar a la misa me he basado en la "calidad" intelectual del sermón).
Posdata: ¡ojo! Tampoco desmerezcamos la importancia de un buen sermón.

Mentiras o defectuosos razonamientos

(Siguiendo con el post anterior, y para que se entienda el final, eso de "interpretación periodística")

Leo y releo la homilía de Benedicto XVI para encontrar
lo que dijo La Nación, eso de que "el nuevo pontífice advirtió que 'no tiene un programa de gobierno'".

Lo más parecido que encontré (que es casi todo lo contrario) es esto:

"¡Queridos amigos! En este momento no necesito presentar un programa de gobierno. Algún rasgo de lo que considero mi tarea, la he podido exponer ya en mi mensaje del miércoles, 20 de abril; no faltarán otras ocasiones para hacerlo. Mi verdadero programa de gobierno es no hacer mi voluntad, no seguir mis propias ideas, sino de ponerme, junto con toda la Iglesia, a la escucha de la palabra y de la voluntad del Señor y dejarme conducir por Él, de tal modo que sea él mismo quien conduzca a la Iglesia en esta hora de nuestra historia. En lugar de exponer un programa, desearía más bien intentar comentar simplemente los dos signos con los que se representa litúrgicamente el inicio del Ministerio Petrino; por lo demás, ambos signos reflejan también exactamente lo que se ha proclamado en las lecturas de hoy".

Ustedes busquen si quieren. Pero quizás descubran algo más llamativo. Relean el texto de La Nación que puse: el nuevo pontífice advirtió que "no tiene un programa de gobierno". ¿Qué son esas comillas? El Papa, si hubiera dicho lo que no dijo, hubiera dicho: "no tengo un programa de gobierno". Una pavada. Puede ser. Más grave es la falsedad del contenido de la expresión. Pero no termina aquí la cosa. Citaré el párrafo completo de La Nación.

"En la homilía, más optimista y menos severa con respecto a otros escritos del antaño cardenal Joseph Ratizinger, el nuevo pontífice advirtió que 'no tiene un programa de gobierno'"

Esto es molesto. Ese constante acomodamiento de los sucesos a la estructura prediseñada, al modo de ser que ellos pretenden que tengan las cosas. Se confunde además con el ejercicio de una habilidad de redacción. En una frase el periodista resume hábilmente varias cuestiones que venían preocupando: la mayor o menor "dureza" del Papa, si va o no a "cambiar". Claro, no importa si esas cuestiones son relevantes o no. Esos temas son "los temas" de los que se hablaba, esas son "las claves" (pobres claves) en que se interpretaban los sucesos, y punto. Es entonces cuestión de hábilmente acomodar todo en ese orden.
Pero en este caso, burdamente. Porque ¿tiene algún sentido comparar una "homilía de inicio del papado" con todos los "documentos" o "declaraciones" anteriores de todo tipo? Ninguno.
Hay más (u otra forma de verlo). El papa no habló de un plan de gobierno. ¿Cómo? ¿Por qué no habló de lo que importa? ¡Qué mal! Luego, como no se puede comprender cómo el papa no habló de lo importante, cómo no habló de un plan de gobierno, cómo no dijo qué va a hacer con tal o tal otro tema, se produce un quiebre en el recto razonamiento, se violenta toda lógica deductiva y se llega a la conclusión: el Papa no tiene un plan de gobierno. Es la única explicación. No se dan cuenta que parten de premisas falsas. Que lo importante hoy no fue hablar de un plan de gobierno. Que lo importante no era lo que ellos pensaban.
Sólo me resta imagina futuras acusaciones. Algo así: "como no tiene un plan de gobierno, entonces va mal la cosa, no es un buen Papa, le falta estrategia, eso no se corresponde con los tiempos que corren" y vaya a saber cuántas cosas más.

Lo que nos interesa

Finitud se preguntaba porqué "será que las personas que tienen opiniones divergentes sobre determinadas cuestiones respecto de las enseñanzas de la Iglesia, se emperran en que esta les de su aprobación". Y son muy buenas conclusiones.

A raíz de eso estuve pensando si en realidad no estamos lidiando con una gran bola de nieve. Hay un interés de cierta gente en cambios, pero quizás es a un nivel ínfimo en comparación con aquel interés que los medios nos dicen que hay en ese tema.

Los medios muchas veces "dictan" acerca de lo que se habla. Es verdad que los grandes temas se imponen solos. Pero también es cierto que la forma de hablar de los temas (la forma que tenemos los argentinos, que hablamos de todo, porque sabemos de todo, ¡ja!) surge de la información que nos dan los medios.

Los medios presentan "el tema del momento". Un suceso es la elección de un nuevo Papa católico. El evento de la elección de un nuevo Papa es algo eminentemente religioso. Pero para hablar de ese evento, los medios tendrán su manera, que en general no profundiza en temas religiosos. Entonces se detienen en otros aspectos. Con suerte, políticos. Con menos suerte, en qué debe o no debe cambiar la Iglesia. Y todo el mundo habla de eso y entonces pareciera que hay un gran interés por eso. Y tengo la impresión que mucho de ese hablar no es por interés. Es porque es el tema del momento y hay que llenar las páginas o cubrir las horas. Esa es la bola de nieve.

Pero claro, a la gente le interesa esta bola de nieve. Ocupa sus ratos libres y sus charlas de café con ello. En cierto modo, le interesa. Y repito entonces que
Finitud da buenas hipótesis del porqué.

Por otro lado pensé: puede a veces ser justo que se le reclamen cosas a la Iglesia, aún desde la ignorancia. Aunque en este último caso el reclamo debe ser más humilde, más ubicado, como cualquier reclamo a cualquier persona. Porque claro, no se puede hablar de política o de qué cambiar o no cambiar sino se conocen todos los aspectos, en especial el aspecto religioso de la Iglesia.

¿Cuánto tiempo mis posts ronadarán estos temas? No sé cómo despegarme de ellos. Encima hoy encuentro la siguiente interpretación periodística... pero mejor lo dejo para el próximo post.

viernes, 22 de abril de 2005

Teoría aplicada

Sólo quien acepta el misterio de la vida humana adquiere la sabiduría. La ciencia no puede determinar cuándo es el inicio de la vida humana. Gracias a la ciencia, sin embargo, conocemos la concepción. Y así podemos establecer criterios más claros de acción.

Aunque, claro, la misma concepción no es un instante, sino que es un proceso que dura un relativamente pequeño lapso de tiempo. Aún si siguiera la ciencia biológica "subdividiendo" ese lapso de tiempo, nunca llegaría a solucionar el problema. Después de todo, ¿qué es un instante?

La ciencia nos da muchas explicaciones acerca de cómo crece la vida. Pero del momento inicial sólo nos puede dar indicadores. El resto es misterio. Aún cuando el instante pudiera ser determinado (y esto ya es totalmente improbable), nunca la ciencia tiene el primer porqué. La ciencia renunció hace tiempo a ese porqué. Y renunció a escuchar a quienes hablaban de él.

Y ahí el misterio. Palabra que en apariencia indica oscuridad, pero por el contrario, ilumina con una luz inigualable. El misterio de la vida. Una persona surge. Una persona quiere nacer y para ello se vale de otra; pero eso no la rebaja en su dignidad, no la hace inferior a aquella a través de la cual llega al mundo.

¡Y qué luz arroja esto sobre nuestros problemas actuales con el aborto! Sólo quién acepta el misterio (actitud despreciada hoy en día), está frente a la realidad. Sólo quien entiende así a la vida (como un misterio) puede saber qué hacer. Puede saber al menos qué intentar hacer, aunque luego no lo logre.

No es fácil aceptar el misterio a veces. Sino no habría tanta confusión. No es fácil aceptar que alguien de quien uno no es dueño, nazca en el propio cuerpo. Y que ni siquiera uno puede haber decidido o deseado que nazca. ¡Terrible! ¡Con razón es santa aquella mujer que no quiso abortar! Se llamaba Gianna Beretta Molla.
Pero no hay que rendirse. Santo no significa "de otro planeta". Es difícil serlo, pero Dios puede darnos las fuerzas. Por el sólo uso de la recta razón podemos entender que el aborto es asesinato. Sólo falta que nos den la gracia para ser fieles a la verdad. Hay quien puede darnos ese valor.

¿Podemos exigir ese valor? ¿Podemos tener una ley que pene todo tipo de aborto? Mientras nuestras leyes no sean sino argucias para el libertinaje, mientras no sean instrumentos para vivir en verdad, suena casi de otro mundo el pretender que la ley exija eso.

Pero seamos realistas. Recuperemos el buen sentido de la ley y veamos que una ley así es posible. Y además pensemos: una ley que condene toda clase de aborto, repito, toda clase de aborto (ya que todo aborto es asesinato), ¿tendría una pena severa o pena alguna una mujer con deficiencias mentales y víctima de una violación, que aborte? Quizás no (hay que tratar de medir la libertad de conocimeinto y acción que alguien tuvo). Pero la pena la tendrían aquellos que no lucharon por ella y por su hijo. Todos los que en vez de tratar de salvar su vida y la del niño sin decidir por ninguno de ellos (eso lo decide la vida) se dedicaron a satisfacer su comodidad o los deseos de egoístas de otro.

No sé si hay misterio como este. Un caso extremo como el mencionado en el párrafo anterior no puede sino ser una de las más grandes "injusticias" (en el concepto humano) que una mujer puede sufrir. Y ahí, sin embargo, surge una vida. De esa situación horrible, surge una vida. ¡Casi incomprensible! Pero el misterio de la vida nos sacude, para que no nos atontemos: ¿podemos matar a esa persona que acaba de surgir? ¿Es que acaso vale menos que su madre? ¿En nombre de qué o de quién podemos sacrificarla?

Esa última pregunta no tiene respuesta. Si le damos una respuesta, toda nuestra vida se viene abajo. Cuando aparezca algo o alguien en nombre de qué o de quién nosotros podamos decidir quién vive o quién muere, estamos perdidos. Creo que en la historia de la humanidad hay ejemplos de los cuales aprender, ¿no?

Teoría

A ver que les parece esta teoría:
La ciencia nos explica cómo, los mitos expresan porqués, los misterios nos hacen entender. Y entender sirve para saber qué hacer o qué no hacer frente a la realidad, para asombrarse y alabar a Dios.
Hay muchas formas de conocer, de saber.
(Todo este pensamiento surge, aunque no es el tema del que ahí se habla, de ese post de Verso Converso).

"Google" no lo sabía

El 21 de abril de 1977 sucedieron muchas cosas. Google sabe bastante. Dice que se estrenaba la película nacional Las Locas (¿?), se hacía parte de la reforma de la Ley de Símbolos Patrios (¿?), el escritor Ruy Mauro Marini (brasilero) escribía en el "Sol de México" el artículo "Carter: Una política para la crisis" (¿?). Pero lo que Google no sabe es que ese mismo día mi madre estaba meta pujar y pujar para que venga mi hermano al mundo.

¡Feliz cumpleaños!
(Un día atrasado, pero solo el saludo electrónico, el otro fue en vivo y en directo ayer).

Primeras impresiones


Dijo la nena: "No es tan simpático como el otro señor que estaba antes, pero igual parece bueno..."

jueves, 21 de abril de 2005

Españolito que vienes...

...al mundo, ¡te guarde Dios!

No llego a comprender cuales son (o eran) las dos Españas de Machado y no sé qué implicancias trae el citarlo, pero me resuena su frase cuando me entero de las
nuevas leyes que tiene la madre patria.
Dicen que es matrimonio, pues pa’ mí que no lo es.

miércoles, 20 de abril de 2005

Saqué una conclusión

Decía en el artículo ya citado (referente al director de Criterio y a Ratzinger):

A pesar de que se lo considera uno de los defensores más acérrimos del conservadurismo dentro de la Iglesia, Poirier opinó que el flamante Sumo Pontífice no siempre estuvo conectado con las posiciones doctrinarias conservadoras”.

‘Como teólogo independiente, durante muchos años, representó más bien el progresismo dentro de la Iglesia y la apertura. Desde que asumió el pedido de Juan Pablo II de estar al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se convirtió en un personaje más conservador, custodio de la tradición más ortodoxa’, explicó”.

Dijo Arp en “
Compostela”, acerca del nuevo Papa:

He leído su autobiografía y me asombró su trayectoria intelectual (aquel terrible momento en el que Schmaus -el gran teólogo dogmático- estuvo a punto de aparcarle de la carrera académica cuando presentó la tesis)”.

Pudo ser la estrella del firmamento académico progresista, pero prefirió ser visto como un retrógrado, un papista, el guardián de la ortodoxia, el romano (cuando los alemanes, como explicaba él mismo muy bien, padecen de complejo antirromano), el personaje odioso al que le pegaban las bofetadas que no se atrevían a darle a Juan Pablo II”.

Todo eso me confirma esa idea de que en la Iglesia hay coincidencia sobre lo fundamental y discusión sobre lo que, siendo importante, no es la raíz de la fe. ¿Que cómo saco esa conclusión (expresada en una frase ya conocida)?

Esta clara la cosa ahora, che. La misma persona puede ser un teólogo “de avanzada” y el “defensor de los grandes principios de nuestra fe”. No son cosas contrapuestas.

Ojo, no quiero ser un falso optimista que niegue la existencia de discusiones internas en la jerarquía eclesiástica. Las puede haber. Yo simplemente reacciono ante esa actitud de los medios (culpable o no) de exagerar acerca de luchas internas que no conocen, diciendo irresponsablemente lo que les place.

Nota tipo posdata: tengo ciertas objeciones a lo que dice en otro momento Poirier acerca de Ratzinger. Dije que lo iba a decir, así que lo pongo acá.

‘Es un intelectual de una trayectoria muy importante, un teólogo de primer nivel. Cuando Juan Pablo II lo llamó a ocupar el cargo en todos los temas referidos a la doctrina de la fe, sabía que llamaba a un hombre de gran apertura, de pensamiento propio y que le estaba pidiendo una misión muy difícil que era dejar de lado su propio pensamiento, su propia investigación, para ocuparse a una tarea que lo comprometía totalmente’, señaló a LA NACION LINE”.
No me gusta la expresión “dejar de lado su propio pensamiento”. Sí “su propia investigación”, creo que eso es más claro. La otra expresión corre el riesgo de dar la siguiente idea (contraria a la que vine afirmando en el post). La idea de que para ser fiel a los principios de nuestra fe hay que renunciar a nuestras convicciones, pensar distinto de lo que pensamos. Y eso no es así. Si alguien pensara que los principios de su fe van contra su pensamiento pues... pues no tendría fe. ¿No es así? Piénsenlo Uds., yo me viá dormir.

Sorpresas

Después de haber armado una historia con sus buenos y malos, sus causas y consecuencias, ¡zácate! Sucede el hecho esperado o no esperado, llega el día final o principal. Y entonces, como el resultado no se ajusta a la historia prefabricada, hay “sorpresas”. A veces no son declaradas. El que se sorprende es el público, eso sí.

Usemos de chivo expiatorio a La Nación (sepan disculpar). Hablaron con el director de la revista Criterio (revista que sigo sin conocer). Y me gustaría recalcar algunos fragmentos de la nota.

El especialista [Poirier-Lalanne, director de la revista Criterio] consideró a Ratzinger como la mente más lúcida y más preparada que tuvo la curia durante el papado de Juan Pablo II. ‘Es un hombre que ha creado muchas veces polémica, considerado conservador u ortodoxo más que por sus posiciones personales, por la función que tocó ocupar. Pero como muchos vaticanistas observan, los grandes cambios provienen de hombres de rigor dogmático y doctrinario’, expresó”.

Y a mí me sorprende, qué querés que te diga. Claro, después de tanto bombardeo en los medios con imprecisas expresiones, desde “se le conoce como ‘el gran inquisidor’” hasta “este Papa es la continuidad del otro”, esto es algo llamativo. Muy interesante clarificación del porqué de la visión que muchos (responsable o irresponsablemente, y me incluyo) tenían de Ratzinger, ahora Benedicto XVI.

Fíjense esto otro del mencionado artículo: “Es el hombre que en algunos momentos tuvo debates con Juan Pablo II sobre temas profundos muy interesantes”.

Lastima que no da más detalles. Pero es una sugestiva idea para llamarnos a definir bien que eso de la “continuidad de Juan Pablo II” que muy superficialmente se dice. Una cosa es que a Benedicto XVI le preocupen los mismos temas que a Juan Pablo II y otra es que tenga la misma opinión. (Por supuesto, ni hablemos de los temas que están por encima de la opinión o pensamiento de cualquier Papa, y acerca de los cuales en medios muy poco informados suponen que puede “haber cambios”).
La nota mencionada tiene, por otro lado, cosas a observar (creo yo), pero dejemos las críticas para otro post.

martes, 19 de abril de 2005

Tenemos un nuevo Papa

Siento una especie de emoción, aunque no sabría bien explicarla. Hace tiempo que me genera mucha admiración la figura del Papa, y sólo de uno tengo recuerdo conciente.

Del nuevo pontífice sólo vi una foto, que debe ser la primera de su papado (no anda bien Internet acá, sólo entré a La Nación, sino con gusto hubiera colgado un rato las botas para enterarme de más). Pero a veces las fotos dicen mucho. Aunque tampoco sabría decir bien qué me dijo. A Ratzinger lo vi emocionado. Sin duda esto es una carga para él, para Benedicto XVI. Y él es consciente de eso. Pero en su rostro no vislumbro eso, sino felicidad. Ganas de hacer lo que tiene que hacer, se podría decir. ¡Dios le dé sabiduría, fuerza, amor!

¡Qué sé y qué puedo decir yo sobre líneas de pensamiento! Mi nivel de conocimiento no me permite sino desordenados posts, dudosos y preguntones como los que ya hice.

Lo que pido (casi en broma) es buenas traducciones de las futuras encíclicas o enseñanzas. No sé cómo jugará el idioma alemán en la generación de las mismas (quizás no influya), pero de las traducciones de libros alemanes tengo experiencias de dificultad.

Mientras de a puchos armo esto, puedo acceder a Clarín y Vaticano. Y me tienta el análisis.

El artículo de las 14:10 de Clarín dice citando a Benedicto XVI: “Con la alegría de Cristo, el señor nos ayudará”. ¿Eh?

¿Y el “resucitado” dónde está? ¿Qué es la alegría de Cristo? Me permito entender que el nuevo Papa se refería a nuestra alegría en Cristo resucitado (nuestra alegría por Cristo que resucitó, digamos, ¿no?). Fíjense en el original:

En la alegría del Señor resucitado, confiados en su ayuda permanente, sigamos adelante. El Señor nos ayudará”.

Y agregó para finalizar: “María, su santísima Madre, está de nuestra parte”.
¡Viva Benedicto XVI!

lunes, 18 de abril de 2005

Impresionado por mis lecturas de epistemología

Acá andamos, los infantiles, dándole bolilla a ciertos dolores del corazón. Hace tiempo los sabios dejaron las “tontas creencias” y desarrollaron una ciencia autónoma y adulta. Pero no les fue muy bien. El mundo a arreglar sigue desarreglado. Y por culpa de ellos (y nuestra también, ¿porqué no?) hoy están los escépticos totales, dormidos, indiferentes al máximo, “malamente” resignados al mal.

Es hora de que aquellos (y el “aquellos” que vive en nosotros) se den cuenta que hay que aprender a vivir en este mundo (con ganas de mejorarlo, con el alma en otro mejor). Los que viven “en la luna” son ellos (y el “ellos” que hay en nosotros). Vivir en este mundo, lo que parece que algunos no hacen pero hacen mejor que muchos, es enfrentar el mal con amor. Ni con falsa violencia justiciera ni con vacíos orden o progreso. ¿Quién crees que eres, criatura, que pretendes poder poner orden a tu manera en el “desorden” de Dios, que es el orden más perfecto?

Y ojalá nunca me pese tanto su orden que lo llegue a negar. Dame lo que mandas. Creo, pero aumenta mi fe.
Posdata: mientras discutimos no nos olvidemos de despertar a los dormidos.

Artificial

Según un diario on line:

"En la misa 'pro elección del Pontífice', celebrada en la mañana de hoy en la Basílica de San Pedro, el influyente cardenal Ratzinger, que preside el colegio cardenalicio, pidió a sus pares que elijan a un papa capaz de defender la doctrina de la Iglesia Católica de las amenazas que suponen, dijo, las 'modas ideológicas'." (
Ver).

Y es otro de esos "tics" periodisticos de armar de todo una controversia o polémica. Digo yo. Esta vez la discusión artificial armada, o existente pero exagerada, es la de las diferencias entre conservadores y progresistas (por decirlo así). Una linda película "hollywoodense", Ratzinger abanderando a los conservadores, vaya a saber quién abanderando a los progresistas. Todos esperando la batalla final.

Gracias a que tenemos algunas fuentes de otro tipo, también periodisticas, como esas agencias católicas que últimamente crecieron tanto (con los defectos y virtudes que tengan), podemos leer completa la homilía de Ratzinger y ver que la interpretación volcada en el párrafo citado al comienzo es bastante caprichosa. (
Ver el 18.04.05).

Ratzinger habló de defender a los cristianos, no de defender a la doctrina de la Iglesia Católica (de las, admitamos, modas ideológicas). Y por supuesto, cuando habló del próximo Papa no centró su obrar en "defender a la doctrina de la Iglesia", sino que dijo: "un pastor que nos guíe al conocimiento de Cristo, a su amor, a la verdadera alegría".

sábado, 16 de abril de 2005

Sábado

Me levanté temprano y anduve descalza
por los corredores; bajé a los jardines
y besé las plantas;
absorbí los vahos limpios de la tierra,
tirada en la grama;
me bañé en la fuente que verdes achiras
circundan. Más tarde, mojados de agua,
peiné mis cabellos. Perfumé las manos
con zumo oloroso de diamelas. Garzas
quisquillosas, finas,
de mi falda hurtaron doradas migajas.
Luego puse traje de clarín más leve
que la misma gasa.
De un salto ligero llevé hasta el vestíbulo
mi sillón de paja.
Fijos en la verja mis ojos quedaron,
fijos en la verja.
El reloj me dijo: diez de la mañana.
A dentro un sonido de loza y cristales:
comedor en sombra; manos que aprestaban
manteles.
A fuera sol como no he visto
sobre el mármol blanco de la escalinata.
Fijos en la verja siguieron mis ojos,
fijos. Te esperaba.


Alfonsina Storni

(Pst, nada nuevo, está quichicientas veces en Internet, pero yo lo había descubierto en esa colección Biblioteca Argentina Fundamental del Centro Editor de América Latina).

Suspenso

Dice Zenit en un estilo de suspenso...

Juan Pablo II no dejó escrito quién es el cardenal «in pectore»
No podrá participar en el cónclave de elección de un nuevo Papa

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 6 abril 2005 (
ZENIT.org).- Juan Pablo II no dejó escrito el nombre del cardenal «in pectore» (guardado en su corazón), de manera que éste no podrá participar en el cónclave de elección del nuevo Papa que comenzará el 18 de abril, según confirmó este miércoles el portavoz de la Santa Sede.En un encuentro con la prensa, Joaquín Navarro-Valls afirmó: «Puedo confirmar que el Santo Padre, antes de su fallecimiento, no comunicó el nombre del cardenal que se había reservado "in pectore", cuando había sido anunciado en el consistorio de octubre de 2003». Por este motivo, la cuestión de su participación en el cónclave «ya no se plantea».Fuentes de prensa consideran que este cardenal podría ser un obispo chino. Si el Papa hubiera revelado su nombre, hubiera podido crear una reacción negativa en el gobierno de ese país. Para saber quién es, habrá que esperar décadas, hasta que se abran los archivos de este pontificado.
ZS05040605

viernes, 15 de abril de 2005

Buen jamón

“Bueno, no es Jamón de Pata Negra”, dijo el señor Jiménez León. Aparentemente mi jefe le habló de algo ponderable y él dio su opinión contraria.

Entiendo que el Jamón de Pata Negra es un jamón español muy bueno. Un par de “interesanteces” al respecto:
clic y clic.

A modo de muestrario:

El termino ‘pata negra’ es un término que tradicionalmente se ha utilizado para designar a los jamones ibéricos. La denominación de ‘pata negra’ es debido a que se asociaba el color de la pata del animal al color del oscuro animal. Los profesionales del sector no utilizan este término, porque se considera confuso y no responde a la realidad (...)

El cerdo ibérico es único en el mundo porque en sus músculos y bajo la piel se producen infiltraciones de grasa insaturada, y su alimentación es básicamente de bellotas de encinas y de alcornoques e hierbas de las dehesas de Andalucía y Extremadura, donde el cerdo campea con libertad”.
Voy a ver si lo consigo en “Fresco y batata”...

jueves, 14 de abril de 2005

Hay que tener cuidado con lo que se dice

Se ha denunciado al autor de un blog por racismo y apología de la esclavitud. ¿La causa? Haber hallado repetidamente en sus escritos la frase: "las negritas son mías".

miércoles, 13 de abril de 2005

Padre de todos

Si hay algo que me asombra de este Papa* es que recibió a todos. Que fue a ver a todos. Ya lo dije alguna vez.
He aquí la única foto que encontré de su encuentro, como dicen por ahí, con artistas "hip hop" de Polonia, entre ellos, bailadores de "breakdance".

* "Este Papa". Me salió así. Como si estuviera entre nosotros. No está tan errado después de todo. Cerca, presente, así dicen algunos que lo sienten...

Retrógrado

Sépase usted lector que si sigue leerá el final de "Claves de Adán Buenosayres", de "Cuaderno de Navegación", Leopoldo Marechal, 1975.
Y se dirá usted ahora: ¿cómo es posible que Marechal, un hombre contemporáneo, se haya metido en tan viejas líneas? La razón es muy simple: yo soy un "retrógrado", no en el sentido habitual e insultante de la palabra, sino en la significación "mejorativa" que voy a exponerle. El conocimiento de las leyes cíclicas que gobiernan el desarrollo de "una hu­manidad" me ha hecho saber que, a partir de su origen, esa humanidad inicia un movimien­to "descendente" a través de las cuatro edades del hombre que figuran en toda tradición auténtica. Ese descenso acelerado se traduce por una "oscuridad" creciente, a medida que se aleja el hombre de la luz primordial manifestada en el centro de su origen. Ahora estamos en la última de las edades, la de Hierro, que ya deploró Hesíodo en su época (Los Trabajos y los Días, libro I). Ahora bien, siendo yo "un hombre de hierro", y tras de realizar, como lo hice, las posibilidades cada vez más oscuras del siglo, mi alma en expe­riencia vino "descartándolas" gradualmente, hasta cruzarse de brazos en la correntada que seguía y sigue descendiendo hacia su fin. Naturalmente, como la inmovilidad es impo­sible a toda criatura forzada por la "condición temporal" y sometida, por ende, al movimien­to, sólo me quedaban dos recursos: o morir (abandonar la corriente del siglo en un gesto suicida), o nadar contra la corriente, vale decir, iniciar un "retroceso" en relación con la marcha del río. Para lograrlo es indispensable oponer una fuerza de "reacción" a la fuerza descendente que nos arrastra, tal como lo están haciendo, en el campo de la física, los productores de cohetes y de aviones a retro­propulsión. Y es que hay "analogía" entre las leyes del mundo físico, del mundo psíquico y del mundo espiritual. En mi Poética (Heptamerón III) adelanté ya ese operativo en los versos que siguen: "El surubí le dijo al camalote: / no me dejo llevar por la inercia del agua. / Yo remonto el furor de la corriente / para encontrar la infancia de mi río." En tal manejo de fuerzas estoy ahora: soy un retró­grado, pero no un "oscurantista", ya que voy, precisamente, de la oscuridad hacia la luz.

lunes, 11 de abril de 2005

Sobre las razones por las que no hay sacerdocio femenino

Sobre las razones por las que no hay sacerdocio femenino, Sangre Azul me comentó de una página muy buena. Ver.

"Ultraresumidamente" les diré que dice, como primera razón, que la voluntad de Cristo fue elegir doce varones y al estudiar el tema se ve que no fue por cuestiones de "costumbres de la época" respecto a las mujeres, ya que de hecho Jesús fue bastante "revolucionario" en ese aspecto.

También esto le explicaba el cardenal Martini a Umberto Eco en el libro "¿En qué creen los que no creen?", especificamente en la carta "La Iglesia no satisface expectativas, celebra misterios". Ahí agrega al argumento una nota de gran sabiduría y es la que surge de reconocer la ignorancia ante lo profundo del misterio.

"La Iglesia reconoce, por tanto, que no ha llegado todavía a la plena comprensión de los misterios que vive y celebra, pero mira con confianza hacia un futuro que le permita vi­vir la realización no de simples expectativas o deseos humanos, sino de las promesas mis­mas de Dios. En este camino se preocupa de no separarse de la praxis y del ejemplo de Je­sucristo, porque sólo permaneciendo ejem­plarmente fiel a ellos podrá comprender las implicaciones de la liberación que, como re­cuerda Santo Tomás citando a San Agustín, in utroque sexu debuit apparere" *

* Que debió manifetarse en uno y otro sexo. Martini habla de los dos sexos ya que habla del lugar de privilegio de la mujer en el misterio de la salvación: la encarnación, el primer anuncio de la resurrección y otros.

sábado, 9 de abril de 2005

Se casa

Con estas solemnes palabras arranca esa Encíclica llamada "Casti connubii", de Pío XI, sobre el matrimonio cristiano, allá por los años mil novecientos treinta.

"Cuán grande sea la dignidad del casto matrimonio, principalmente puede colegirse, Venerables Hermanos, de que habiendo Cristo, Señor nuestro e Hijo del Eterno Padre, tomado la carne del hombre caído, no solamente quiso incluir de un modo peculiar este principio y fundamento de la sociedad doméstica y hasta del humano consorcio en aquel su amantísimo designio de redimir, como lo hizo, a nuestro linaje, sino que también lo elevó a verdadero y gran [1] sacramento de la Nueva Ley, restituyéndolo antes a la primitiva pureza de la divina institución y encomendando toda su disciplina y cuidado a su Esposa la Iglesia."

En 1981, Juan Pablo II nos dice, introduciendo la Exhortación Apostólica "Familiaris consortio":

"Queridos por Dios con la misma creación,(3) matrimonio y familia están internamente ordenados a realizarse en Cristo(4) y tienen necesidad de su gracia para ser curados de las heridas del pecado(5) y ser devueltos «a su principio»,(6) es decir, al conocimiento pleno y a la realización integral del designio de Dios."

Espero que estas palabras nos ayuden a darnos cuenta del gran acontecimiento que viviremos mañana con el casamiento de Fer. Los más emocionables reconoceremos también la magnitud de este sacramento con unas lágrimas en los ojos cuando veamos a los esposos en el altar.

[1] Efesios 5, 32

(3) Cfr. Gén 1-2.
(4) Cfr. Ef 5.
(5) Cfr. Conc. Ecum. Vat. II, Const. pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual Gaudium et spes, 47; Juan Pablo II, Carta Appropinquat iam, 1 (15 de agosto de 1980): AAS 72 (1980), 791.
(6) Cfr. Mt 19, 4.

viernes, 8 de abril de 2005

Profunda contradicción

Leo en la edición on line de hoy de La Nación que el Ministro de Salud dice tener “programas de salud reproductiva y procreación responsable” que buscan evitar el aborto. “Por eso distribuimos anticonceptivos y profilácticos para tratar de evitar que haya embarazos no deseados”, comenta en la nota de llamativo título: “García: ‘Nadie cuida más la vida que el Ministerio de Salud’”.

Más llamativo es el título de Clarín:
"El Ministerio de Salud lanzará una campaña masiva 'antiaborto'".
Recuerdo las palabras de Juan Pablo II en la encíclica “Evangelium Vitae”, documento que todo interesado en el tema debe leer. Las siguientes palabras no tienen desperdicio y revelan la profunda contradicción en que incurre nuestro ministro.

Se afirma con frecuencia que la anticoncepción, segura y asequible a todos, es el remedio más eficaz contra el aborto. Se acusa además a la Iglesia católica de favorecer de hecho el aborto al continuar obstinadamente enseñando la ilicitud moral de la anticoncepción. La objeción, mirándolo bien, se revela en realidad falaz. En efecto, puede ser que muchos recurran a los anticonceptivos incluso para evitar después la tentación del aborto. Pero los contravalores inherentes a la ‘mentalidad anticonceptiva’ –bien diversa del ejercicio responsable de la paternidad y maternidad, respetando el significado pleno del acto conyugal- son tales que hacen precisamente más fuerte esa tentación, ante la eventual concepción de una vida no deseada (...)”.
Contradicción profunda la del señor ministro entonces, querer evitar por un lado lo que por otro promueve.

Los Potenciales

¿Qué tienen en común el boxeador Edison Anabaruse, el estanciero del sur Brandán Esoseyúa, el señor (una especie de patriarca) Bruno de San Yasea, el doctor en amores Urbano de Sasaney y fray Darius Anenae (O.S.B.)?
Ellos son algunos de "los Potenciales". Se hallan en el infierno de Schultze, en la quinta espira del Helicoide, referida a la pereza. El libro es "Adán Buenosayres". Con los potenciales, "el autor [Leopoldo Marechal] logra su propia catarsis al 'realizar' en modo literario esas posibilidades de sí mismo: las realiza y las sufre como en carne propia, y Aristóteles vuelve a sonreír desde su inmortalidad".
Así responde Leopoldo Marechal a quienes se sientieron criticados en algunos personajes de su obra. Según sus palabras, es él quien "se ve en todos y cada uno de sus personajes, desde los más excelsos hasta los más viles, como si cada uno fuese 'una posibilidad humana' del mismo autor". Y luego cita el caso específico de los Potenciales.
Es muy pintoresco el relato de este encuentro de Adán con sus Potenciales y podría dejar aquí fragmentos, pero será otra vez (¿será?). Ahora basta que les de un dato que quizás algunos sabían, otros no, quizás a alguno le interese y a otro no (con lo cual hemos clasificado a los lectores en cuatro tipos). Y el dato es el siguiente. Los personajes menconados al comienzo de este post, tienen en común algo más que el hecho de ser "los Potenciales" de Adán Buenosyres. Los nombres de los cinco personajes con quienes se topa Adán en su huida de la quinta espira... ¡son anagramas del mismo nombre del personaje!
Nota: este dato, junto con las citas entre comillas, fueron tomados probablemente de "Cuaderno de Navegación" (1975), de Leopoldo Marechal. Revolviendo antiguas cosas aparecieron las fotocopias que me había hecho un antiguo compañero, estudioso del Adán. Sólo está el capítulo: "VII. Claves de Adán Buenosayres. A Adolfo Prieto".
Nota bis: si analizan los anagramas verán que hay dos que usan "i" por "y".

jueves, 7 de abril de 2005

Repasando

Hay que notar que el párrafo del último post que comienza con un “Pero mi cabeza trabaja a mil...” es algo muy apresurado y muy “borrador”. No sacar de él, por favor, ninguna conclusión seria. Temo, por ejemplo, que se hayan entendido mal algunas cosas. No quiero adjudicar a Poirier pensamientos que no tiene, ni quise decir que la renuncia de un Papa es algo “fuera de discusión”. (Quizás Poirier cuestione que el “estilo de gobierno del Papa” hizo que se tome esa decisión personalmente; pero sigo inventando).
No puedo ayudar mucho. Para algo de eso lean el post de Hernán acerca del Nunc Dimittis. E investiguen a Poirier. En fin, no hagan como yo.

miércoles, 6 de abril de 2005

¿De qué índole serán los cambios?

¿Qué es lo que está en discusión? ¿Qué es lo que puede cambiar si a Juan Pablo II lo sucede lo que algunos llaman "un Papa progresista"?

Veamos. Entiendo que los siguientes no son dogmas de fe y que no aparecen en algún artículo del Credo: el sacerdocio femenino y el celibato sacerdotal. Me gusta mucho como son las cosas ahora. Aunque tengo entendido que esas cosas son, digámoslo así, "discutibles". Discutibles sin faltar a la fe o blasfemar o, ¿se entiende?

No hace falta que aclare que no estoy a una altura tal que me permita dar una opinión valedera. Ni siquiera sé si fue lógico el razonamiento que hice. No sé si la categoría de dogma o de "artículo del Credo" bastan para que algo sea "indiscutible" (aunque creo que sí). Pero de todos modos, no sé si el hecho de no ser dogma de fe o el de "no ser artículo del Credo" hacen a una cosa inmediatamente discutible. O sea, sin ser un dogma ni un artículo del Credo, algo puede ser indiscutible también.

Es así que leí a
Fray Nelson, que está "en la pomada". Dentro de los temas "que pueden cambiar" menciona al sacerdocio femenino, al celibato sacerdotal, pero menciona también algo acerca de la homosexualidad. De nuevo yo, que mucho no sé, les digo que creo haber dado con uno de esos temas que, sin ser dogma de fe ni artículo del Credo, estimo que está "fuera de discusión". La homosexualidad como pecado.

Por supuesto, los condicionantes y la libertad de la persona a la hora de elegir no las podemos juzgar, pero sí podemos estimar, como reglas generales, por estudio y experiencia, qué es lo mejor y lo peor, a la hora de elegir.

Alrededor de lo que podría ser un pecado de homosexualidad hay varias otras cosas. La condena del pecado y no del pecador, la forma de tratar al pecador, las leyes que tengamos como sociedad y los involucren de alguna manera especial, y más. Hagamos un razonamiento. Es malo ejercer la homosexualidad. Y decir esto no es emitir un juicio de valor sobre la persona de un homosexual, ni es de por sí dejar de amarlo (puede ser precisamente todo lo contrario, que es ayudarlo).

Es por eso que creo, o quiero creer, que cuando se dice que el tema de la homosexualidad podría cambiar, y estaría aceptado, se refiere a que las distintas corrientes dentro del pensamiento de la Iglesia tienen formas alternativas de encarar esas cuestiones que rodean a la homosexualidad. O sea, algunos tendrán diferente postura que otros acerca de leyes, acerca de la forma de relacionarse con los no creyentes para hablar de homosexualidad, etc. Incluso si saco a luz otro de los temas que rodean a la homosexualidad veré que puede haber más cosas discutibles. Es una cosa que recuerdo ahora. Si la homosexualidad es una enfermedad psicológica, distintos serían los casos de aquellos que tienen el problema, pero virtuosamente resisten ("no ejercen"), que los de aquellos otros que se dejan llevar, sin aceptar su problema. Pero poco entiendo de esto.

Todo esas cuestiones serían discutibles, pero no estaría "en discusión", quiero creer, la homosexualidad como algo que es pecaminoso o dañino para el hombre y su plenitud. Desde tiempos remotos que se sabe esto, ¿cuál es el pasaje de las escrituras en que se condena la sodomia?

Bueno, fue un ejemplo. Queriendo saber más acerca de las cosas que podrían cambiar, encontré este
artículo de "La Nación", sección Enfoques, domingo 3 de abril pasado. Ahí Mariano de Vedia entrevista a José María Poirier-Lalanne. Me entero que este último es el director de la revista Criterio, "publicación de orientación católica y liberal" según dicen.

El entrevistado dice que debido a la "mirada conservadora" de Juan Pablo II quedaron muchos temas en el tintero, como los referentes "a la teología moral, a la colegialidad episcopal" y "al lugar de la mujer en la Iglesia". Y el artículo sigue, aunque no me da muchas precisiones acerca de esos temas.

Desubicado me parece que se publique una entrevista (la misma) al día siguiente de la muerte de Juan Pablo II, en dónde una respuesta del entrevistado es: "hubiera sido muy oportuna la discusión sobre la renuncia del Papa, pero era difícil pensarla en la personalidad de Wojtyla, un hombre acostumbrado a luchar hasta las últimas consecuencias". ¡Epa, es además confusa esta respuesta! ¿No se supone que es bueno luchar hasta las últimas consecuencias? Está mal justificado.

Pero mi cabeza trabaja a mil. ¿Colegialidad? ¿Algo parecido a esos periodistas que no saben nada y hablan de gobierno democrático en la Iglesia? No, supongo que no. Pero, ¿esa Colegialidad permitiría "discutir" cosas como la renuncia del Papa? Renuncia del Papa... Renuncia puede ser negación de cosas perpetuas. Y entonces, ¿estará este señor Poirier también por la "minimización o abolición de los requisitos para las declaraciones de nulidad de matrimonio"? Es otra de las cuestiones posibles que nos plantea
Fray Nelson, algo que también tiene esa "onda" de negar lo perpetuo.

Si es así, pues tanto no me gusta este "progresismo" que puede venir. Creo en lo perpetuo. Recuerden cuando Jesús hablaba a unos fariseos en
Mateo 19, 3 y siguientes. Hablando de la ley "permisiva" de Moises que permitía el divorcio: "Moisés, teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón, os permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue así". Al principio no fue así. ¡Qué bien explicaba esto Juan Pablo II!

Y Jesús nos manda a que sea como en el principio: "¿No habéis leído que el Creador, desde el comienzo, los hizo varón y hembra, y que dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre".

Me da la idea que bajo el justificativo de nuestra debil "humanidad" y enrolados en un "progresismo" que cree ser consciente de "lo que el hombre es", podemos atentar contra lo perpetuo, sin saber que lograremos lo perpetuo por la gracia de Dios, que "supera nuestra humanidad" y hace de nosotros "lo que el hombre verdaderamente es".
Y así quedó este post medio desordenado, se me cierran los ojos...

Política y moral

En sección Enfoques de La Nación. "Traición al humanismo", por Vittorio Strada, acerca de Aleksandr Solyenitsin. Y acompañado por un fragmento del mismo Solyenitsin, intitulado "La política reñida con la moral".
De este último la siguiente frase: "Se discute mucho si la política debe ser moral. La mayoría sostiene que eso es imposible. Se olvida que sólo una política moral da buenos frutos en el largo plazo. Naturalmente, el traspaso de criterios morales personales a los grandes partidos, a los Estados, no es una tarea sencilla, pero tampoco puede ser descuidado..."

martes, 5 de abril de 2005

La Anunciación del Señor (trasladada)

Como el viernes 25 de marzo fue este año Viernes Santo, la fiesta se trasladó a hoy.
Nos hallamos reunidos para celebrar el gran misterio realizado aquí hace dos mil años. El evangelista san Lucas sitúa claramente el acontecimiento en el tiempo y en el espacio: "A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José; (...) la virgen se llamaba María" (Lc 1, 26-27). Pero para comprender lo que sucedió en Nazaret hace dos mil años, debemos volver a la lectura tomada de la carta a los Hebreos. Este texto nos permite escuchar una conversación entre el Padre y el Hijo sobre el designio de Dios desde toda la eternidad: "Tú no has querido sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo. No has aceptado holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije: (...) "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad"" (Hb 10, 5-7). La carta a los Hebreos nos dice que, obedeciendo a la voluntad del Padre, el Verbo eterno viene a nosotros para ofrecer el sacrificio que supera todos los sacrificios ofrecidos en la antigua Alianza. Su sacrificio eterno y perfecto redime el mundo.
Este es un fragmento de la homilía de Juan Pablo II en la Santa Misa en la Basílica de la Anunciación, en Nazaret, el sábado 25 de marzo de 2000 (ver).

domingo, 3 de abril de 2005

Un padre amoroso

Un padre amoroso fue. A la vez firme y compasivo. Y pienso que venció con el amor. A sus adversarios, amándolos. A la muerte, Dios sabe si es así, por los méritos de Cristo.

Fue el Papa durante casi toda mi vida y sus palabras me instruyeron desde que las empecé a escuchar. Recuerdo cuando leía la “Redemptor Hominis” en el colectivo 15 camino a aquel trabajo, encíclica publicada en un viejo fascículo de la Revista Siete Días que encontré archivado por ahí. Recuerdo cuando Mariana me regaló “El Taller del Orfebre”, una de sus novelas de joven. Y releo seguido con fascinación las encíclicas “Evangelium Vitae” y “Fides et Ratio”. Y hay más. Recuerdo el libro “Varón y Mujer, Teología del Cuerpo”, con la recopilación de sus audiencias sobre el tema. No leí todos sus libros ni encíclicas, aunque supe ver fragmentos.

Pero no todo es sabiduría. O es otro tipo de sabiduría. No tengo memoria de lo que se considera oficialmente un gran suceso con su visita por el conflicto con Chile, ni retuve grandes imágenes en su segunda visita a la Argentina, pero sí me emociono cada vez que recuerdo el perdón a la persona que intentó matarlo. Y ese afán por estar con todos, llevar a Jesús al mundo. Viajar y ver a los personajes más influyentes y conflictivos (controvertidos, dicen ahora) o recibir a los protagonistas de las actividades más humanas y disímiles como bailadores de breakdance o corredores de fórmula uno; escucharlos y decirles palabras sobre el servicio, el arte o los deportes.

Recuerdo sus palabras rezando en italiano con el Salmo 27 (26) en el disco que hizo, recuerdo eso que me remarcaba mi hermano: “fijate como lo pronuncia...” O sea, “con qué fe” (eso entiendo yo). Y es emocionante escuchar la voz de Juan Pablo II diciendo:

Il Signore e mía luce e mía salvezza,
di chi avró paura?
Dios le conceda el descanso eterno y brille para él la luz que no tiene fin.